23 de julio de 2009

¿Dónde está el truco?


Seguro que os ha pasado eso de encontrar alguna cosa que os ha parecido una autentica ganga o un chollo. Bien. ¿Y no os habéis preguntando que dónde estaba el truco? Pues eso me pasó a mí ayer; flipaba tanto que sólo podía repetir: esto tiene truco.

Ayer fui con mi familia a IKEA. Después de pasear un rato fuimos al restaurante y tomamos lo siguiente:

  • 1 plato de albóndigas con patatas cocidas y su salsa de crema de leche con mermelada de arándanos

  • 1 porción de pizza vegetal

  • 1 mini bocata de jamón serrano (el jamón no mataba, pero al menos le pusieron un poco de aceite al pan)

  • una pasta tipo briox con canela

  • y refresco (tantos vasos como quisiéramos)


  • Por todo esto pagamos 2,80 euros. La verdad es que estaba alucinada. Además nos lo tomamos tranquilamente, mientras estaban cuidando a mis niños durante 1 hora en la sala de juegos totalmente gratis.

    ¿Cuánto nos hubiera costado lo mismo en uno de esos restaurantes de autopista? ("Medas", por ejemplo) Por lo menos 25 euros; con el pan del bocata de jamón bien seco, sin una gota de aceite, y con los niños por allí queriendo ir al lavabo o peleándose…

    Yo todavía no he encontrado el truco.

    ¡Ah! Ya podéis cerrar la boca.

      7 de julio de 2009

      Pavas


      “Mujer sosa y desgarbada”, dice el diccionario. A la edad del pavo la define como “aquella en la que se pasa de la niñez a la adolescencia, lo cual influye en el carácter y en el modo de comportarse”.

      La coletilla que yo añadiría es que no se sabe a qué edad exactamente se llega a la adolescencia, pero en algunos casos el “pavismo” se alarga tanto como la edad de independizarse hoy en día.

      No sé si son sosas, pero desde luego no son desgarbadas; la mayoría van siempre monísimas, luciendo palmito. Tendrán días que estarán de mejor o peor humor, aunque su modo de comportarse me alucina sobre todo cuando se cruzan con un cochecito de bebé.

      Sábado de rebajas, mes de agosto, centro comercial abarrotado, una mamá cargadita de bolsas y además empujando un cochecito con dos niños. Aquello pesa considerablemente… Pues las niñas no la dejan pasar; se quedan como estatuas: “¡oh!”. No se les ocurre echarse a un lado. La mamá tiene que ir abriéndose paso e ir esquivándolas: una, otra, y otra... Son un montón, pero ninguna reacciona; se quedan bloqueadas. Si te encuentras un grupo de pavas estás perdida... a no ser que grites “¿Aquél de allí no es Enrique Iglesias?...” a ver si así se disuelven y dejan espacio por donde poder pasar.

      La ilustración es de Chris Foo
      El texto es mío.